jueves, 27 de diciembre de 2007

Cuentos del mono: Crónicas de la No-Guerra I

Os voy a poner los próximos días uno de los relatos en los que he estado trabajando, es de corte fantástico.


CRÓNICAS DE LA NO-GUERRA by Iusse Cors

2.046, año primero de la No-Guerra.



La humanidad no sabe que su proceso de extinción ha comenzado. Ayer recibí el correo. Sin remitente, sin aviso. Con una sola frase contundente que martillea mi subconsciente.

“La No-Guerra ha comenzado”.

Dentro de un mes recibiré la visita de las Jerarquías. Llegan desde la constelación de Scorpius. Un final horrible para la raza humana.

Hace semanas que el loco del barrio anda gritando por las calles. Algo debe olerse, los locos y los borrachos respiran el olor de la muerte cuando se acerca.

Me llamo Etniaya, provengo de un tiempo que los hombres nunca conocerán. Soy el portal del nivel 21 de la Supremacía Celeste. Una orden secreta que custodia las Leyes del Universo. La llamada de la No-Guerra nos obliga a alinear todos los portales que se hallen en el sistema Solar.

Los humanos aún no han contactado con otras formas de vida. Una paradoja, podrían tener el Universo entero aquí y no darse cuenta.

Vivo con una familia a la que he alquilado una habitación. Me han enseñado a odiar la convivencia. Día a día, movida a movida. Reproche a reproche. Cuando no les soporto me pierdo por las calles y los bares nocturnos del barrio. ¡No sé que pensaba mi enlace cuando encontró este lugar para mí!

- Estarás cómoda.- Me dijo mientras miraba el palo que sobresalía del moño que me había hecho esa mañana.- No te queda mal este look, pareces distinta.

Layma pertenece al nivel 10 de la Supremacía Celeste, su origen data en los albores de la extinción de Marte.

Pero yo aún soy más vieja.

El nivel 21 se originó 6,789” tras la crisis. Los humanos aún creen que ese fue el principio de todo. El Big-Bang. Según el reloj humano tengo trece mil setecientos millones de años. Me da risa pensarlo.

Continuará...

1 comentario:

JuanJo dijo...

Me ha recordado el relato a la película de Wong kar-Wai (2046) que junto a tu anterior post, se trata de la memoria, de la necesidad de tener un lugar donde guardar o esconder recuerdos, pensamientos, frustraciones, deseos inconfesables, sueños y esperanzas.

Felices fiestas, Susana,
extendamos esas olas del mar,
por las orillas del nuevo año 2008
y así, la travesía por los océanos de la red
sea tan productiva o más
que éste puerto que ya dejamos atrás...